Las autoridades limitaron la cota máxima de llenado del lago Cadillal a 604 metros sobre el nivel del mar y ordenaron una revisión diaria del nivel del dique a fin de que no pase de esa altura, para evitar presión sobre la presa N° 3, que tiene cavidades y zonas erosionadas que no han sido reparadas. “No hay riesgo de que la presa se desborde ni de que colapse”, dijeron las autoridades al brindar informes a los legisladores sobre el estado del dique y también dijeron que no faltará agua en la provincia.
No obstante, la advertencia de la limitación de agua generó inquietud en la comunidad ante la perspectiva de que vaya a faltar en tiempo de sequía, dado que no se permitirá que el embalse guarde mucho líquido, y también entre los industriales y productores, que la van a necesitar en el invierno y la primavera. “Sin agua no va a haber zafra y no habrá industrias funcionando en la provincia”, dijeron en la Unión Industrial de Tucumán.
Como los trabajos que se realizaron en la presa quedaron inconclusos y no hay perspectivas de que se vaya a continuar de algún modo la obra, el futuro del uso del embalse parece sombrío. El último informe presentado por Oscar Vardé, consultor contratado por la Provincia para supervisar las reparaciones, consideró que supone un riesgo para los tucumanos que los trabajos se hayan parado a la mitad. El ministro de Obras Públicas, sin embargo, afirmó que no existe riesgo tal. “Se opera bajo normas de mucha seguridad. No hay riesgo de desborde ni que colapse la presa 3. No hay absolutamente ningún riesgo”, aseguró. También dijo que está garantizada la provisión de agua potable domiciliaria, para riego y la industria. En cuanto a la turbiedad que presentó el agua semanas atrás, se explicó que principalmente obedecía a que los niveles del dique estaban bajos. Esto provocó que se bombee agua más cerca del fondo y que, en consecuencia, que tuviera más sedimentos. De todos modos, las autoridades insistieron con que el agua está controlada y que es apta para consumo humano.
Respecto a la obra de la presa, el ministro explicó que los trabajos se ejecutaron por la totalidad del contrato, pero es necesario hacer trabajos complementarios y es lo que la Provincia está reclamando a la empresa Hidroeléctrica Tucumán, concesionaria del complejo que está a cargo del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep). “La Provincia pide que se haga cargo de la responsabilidad que tiene y termine la obra”, dijo.
La cuestión es compleja. No se sabe si la Hidroeléctrica, que no fue citada a exponer ante los legisladores, habrá de hacer las reparaciones, ni si la Provincia, que ya invirtió unos $ 700 millones en los arreglos que quedaron sin terminar, tendrá posibilidades de hacer que la concesionaria cumpla. Sí está claro que el Orsep dice que “la solución parcial o incompleta de las tareas necesarias es inaceptable”. Sobre todo porque no se sabe cuán significativa es la parte que falta reparar y es por ello, como dijo el consultor de la provincia, que “es un riesgo utilizar el embalse a pleno”.
El ministro reconoció que a futuro será necesario ampliar las fuentes de provisión de agua. El secretario de la Producción dijo que los empresarios tienen que hacer un uso eficiente del agua y que los están ayudando a “avanzar en la recirculación del agua, que es un proceso en que se la enfría y se la vuelve a utilizar”. Se espera que el nuevo acueducto de Vipos tenga un significativo aporte en este sentido, pero aún no se sabe cuándo comenzarán las obras. Sería importante, entonces, que se trabaje con mucha diligencia en busca de salidas para que en algún momento, lo antes posible, se completen los trabajos de reparación en El Cadillal.